martes, 25 de noviembre de 2008

Los peligros de la inmigración Tubab

Entre las muchas e irritantes paradojas que podemos observar en el espinoso tema de la inmigración, me gustaría plantear una reflexión sobre los nunca cuestionados flujos migratorios que van de norte a sur, los cuales, aunque la mayoría de los civilizados Tubab, no los consideremos como tales, ciertamente al igual que cualquier otro flujo migratorio, también tienen un impacto social tanto en el país de acogida como en el origen de la corriente migratoria.

El Tubab migra al trópico en avión (en la mayoría de los casos sin ningún tipo de Visado), buscando desesperadamente la calma y el sol, e intentando encontrar la paz y la tranquilidad, la cual es inexistente en su tercer mundo de lo humano donde reside habitualmente.
Su estancia en el país de acogida, no suele ser muy duradera, solo una o dos semanas en la mayoría de los casos, aunque según las posibilidades económicas del mismo éste periodo puede prolongarse por uno o varios meses, incluso hay algunos Tubab que tras una estancia vacacional ven dinero hasta debajo de las palmeras, y montan negocios en estos santuarios del trópico, trabsformando dichos paraísos vírgenes, en una prolongación mas de sus pervertida existencia allá en los países “ricos”, o podridos de dinero,( véase “el pocero bueno” en Guinea Ecuatorial).
Para hacer esto el Tubab, no tiene mas remedio que prolongar su estancia en el país de acogida de forma permanente, o al menos está obligado a volver con cierta frecuencia para supervisar su hotel, su restaurante o cualquier otro jugoso negocio, del que en buena parte de las veces solo se benefician los Tubab como él, ya que además de destruir el medio natural (aprovechando la inexistente legislación sobre medioambiente en éstos países), o construir sus guetos en las mejores playas del país (complejos Turisticos, con playas solo para blancos en Cap Skirrin o Puntacana), los sueldos a los empleados del país son mínimos y los beneficios son altos…

Otra consecuencia importante de las oleadas migratorias Tubabs a los paraísos del sur es el impacto social que ocasiona su masiva y creciente presencia en los países del trópico, donde los ciudadanos de dichos países, contemplan la forma de vida del inmigrante, con la humildad y la inocencia que caracteriza a cualquier ser humano, que no conoce la vida salvaje del hemisferio norte más que por la Televisión, y que no sabe que para conseguir una cámara, un portátil, o un móvil como los que luce el inglés, el francés o el español de turno en su país, hay que financiar una guerra civil en el Congo, para robarles a sus ciudadanos el coltán con el que se hacen sus baterías o sus microchips, al igual que tampoco sabe que las vistosas camisetas de marca que lucen estos atípicos inmigrantes, han sido hechas por sus conciudadanos (en muchos casos niños), en algún taller ilegal (propiedad de los inmigrantes), no lejos de allí.

De este modo, los ciudadanos Senegaleses, Marroquíes, Dominicanos o Vietnamitas, deciden emigrar ellos también, con la nefasta idea de conseguir algún día poder vivir, de una forma tan deshumanizada, materialista y agresiva con la naturaleza, como hacen estos inmigrantes en sus países, para así algún día poder regresar a su pueblo natal con unas zapatillas de marca o un Mp3 de ultimo modelo, lo que al igual que hacían y hacen los inmigrantes blancos, les da la legitimidad de sentirse superiores al resto de sus atrasados compatriotas, que siguen vistiendo las ropas tradicionales, y luchando por preservar su propia cultura, la cual, a los ojos de la cultura dominante (es decir la del inmigrante Tubab), es exótica, aunque primitiva y por lo tanto en inferior, y por lo que pide a gritos ser enriquecida con las maravillas de la filosofía y los valores de Occidente…es decir el tanto tienes\compras, tanto vales.

Es por eso, por lo que cuando un africano llega a Europa, y se ve obligado a pasar largas temporadas durmiendo en la calle, sin trabajo, sin comida, y con la ansiedad de ser poder ser detenido en todo momento por la policía, no suele contar a la familia, su verdadera situación, si no que le miente con historias increíbles, sobre el país de los Tubabs, donde todo es posible, y la gente vive feliz y contenta en sus mansiones de lujo, ya que si sus padres y amigos supieran la verdadera situación de su hijo, el que partió a Europa, lo considerarían un fracasado, al no haber podido éste todavía, labrarse un futuro, para él y el resto de la familia, en esta arcadia feliz, que como todos sabemos es el adelantado y desinteresado mundo civilizado del hemisferio norte.

Emilio Cerdá Catalán…… (Blanco, Feliz y Civilizado)

viernes, 21 de noviembre de 2008

Y ¿Qué significa ser "normal"?

Oana Matu - Coordinadora


El otro día alguien me decía "estoy harta de estos musulmanes. Ellos vienen aquí y nunca se integran en nuestra sociedad, siguen con sus tradiciones y con sus velos y nadie les puede decir nada porque hay que respetar su cultura, sino eres xenófobo. En cambio si yo voy a sus países y me pongo una minifalda porque así se lleva en mi cultura ya verás tú...".
Me hizo pensar en los típicos casos polémicos de llevar velo en la escuela en un país europeo donde los símbolos religiosos no se admiten. Pero ¿Hasta que punto es el velo un símbolo religioso? ¿Se puede considerar un traje típico sin pensar en el Islam? ¿Por qué una niña india que lleva su sari a la escuela es "guapita" y una niña musulmana que lleva su velo provoca una revolución?
Según yo, la respuesta va más allá de una simple vestimenta. Se trata de la condición de la mujer, un velo nos hace pensar en la inferioridad de la mujer, en la sumisión de ella y en el miedo. Automaticamente nos hace pensar en la obligación de llevarlo, en la falta de libertades, en la prohibición. Nosotros no lo vemos normal.
Mirando un paso hacia atrás, en la historia, la interpretación del velo de hoy es totalmente diferente de la que tenía inicialmente. Lo que se afirma originalmente sobre el velo (hijab en árabe) en el mismo Corán, se refiere al episodio de la boda del Profeta Mahoma con una de sus esposas, Zeinab. La palabra hijab significa también cortina; el episodio cuenta como en la noche de bodas, unos de los invitados se quedan festejando hasta tarde, pasando del deseo de Mahoma de estar con su esposa. Entonces, éste último tiene una revelación, diciendoles que después de una invitación, tienen que respetarle e irse, que al Profeta le da verguenza decirles que se vayan, pero si necesitan algo de su mujer que se lo pidan detras de una cortina. Es curiosa la interpretación que tiene hoy este pasaje.
Otra referencia al velo aparece en el Corán de esta forma: "di a las mujeres creyentes que bajen la mirada y sean modestas y que enseñen de sus adornos solamente lo que se debe, y que cubran sus pechos con velos".
Hay muchas mujeres que dicen que lo llevan para defender su cultura y sus tradiciones, no como símbolo religioso. Hay otras que lo llevan por costumbre. Y, por supuesto, hay mujeres que lo llevan por su religión. El velo representa una sociedad patriarcal en nuestros ojos, aunque para ellas no es así. Por esta razón, lo que a nosotros nos parece raro, para ellas es normal. Y ¿Qué significa normal? ¿Según que parametros?
La exportación de la europeización como modelo de modernidad ha traido muchos cambios; sin embargo, las culturas son tan distintas que no se puede homogeneizar la palabra normal.

domingo, 16 de noviembre de 2008

¿Delinquen los menores extranjeros en Canarias?

Las cifras son elocuentes: del total de 695 menores condenados en 2007, 592 eran españoles, mientras que apenas 41 procedían de África y 21 de América. La mayoría de estos jóvenes, no obstante, cometieron una sola infracción penal, y menos de un 10% reincidió.
Así lo pone de manifiesto la Estadística de Menores que el Instituto Nacional de Estadística ha dado a conocer recientemente, a partir de la información del Registro de Responsabilidad Penal del Menor, cuya titularidad corresponde al Ministerio de Justicia.

Manuel Ferrer Muñoz
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sábado, 1 de noviembre de 2008

LÁGRIMAS CON ROSTROS DE NIÑAS

• Los datos de las lágrimas, sufrimientos, miedos de las niñas que también tienen derecho a ser protegidas, según la OMS afectan a unos 135 millones de mujeres y niñas en todo el mundo.

La mutilación genital femenina está considerada como una práctica usual que se lleva a cabo en países de África, Oriente Medio, Europa y España. Es también conocida como la mutilación genital femenina (MGF), ablación, infibulación que consiste en la extirpación de los genitales externos e internos y posterior cosido, sin el propio consentimiento de millones de niñas y mujeres alrededor del mundo.En las últimas décadas se han dado casos en los países de la Europa más avanzada, en muchas niñas que habían emigrado con sus padres desde África y otros países a Europa para poder sobrevivir al estado de desesperación a los que están sometidos, a consecuencia de la miseria, de la hambruna.
Al emigrar hacia un nuevo mundo posible y, a pesar de saltar al mundo occidental industrializado, muchas de ellas se han visto acorraladas por sus propios familiares obligándolas a realizarles este acto violento, indistintamente en sus países de origen, así como en países avanzados dentro de ghettos, comunas, barrios marginales, colonias de inmigrantes, donde viven muchas de ellas y que, por desgracia no han sabido adaptarse, ni se han preocupado tampoco de cumplir las normas de los países que han elegido para avanzar. Siento una total indefensión, más bien una mezcla de rabia y desolación al mismo tiempo al comprobar cómo se violan uno de los esenciales derechos que tenemos los humanos. No tiene justificación para mí, como espero para nadie en la faz de la tierra, realizar este tipo de delitos contra la humanidad, porque no es justo que por la ignorancia de seguir viejos credos, religiones, costumbres se cometa semejante salvajismo con niñas de entre 4 y 10 años.En estas últimas semanas y como fiel seguidora de la embajadora de la ONU, Waris Dirie en su lucha por ayudar, informar y llevar el mensaje para combatir la tortura sobre el reflejo de su propia vida al haber sido sometida a la ablación, siento la obligación -a pesar de lo espeluznante de la realidad -, de hacerles partícipes del mensaje de la “flor del desierto”, como su propio nombre, Waris, significa, y exponerles los datos tan desgarradores que acompañan a su investigación y muchas organizaciones, ONG’S, sobre casos de MGF por todo el globo terráqueo.Los datos de las lágrimas, sufrimientos, miedos de las niñas que también tienen derecho a ser protegidas, según la OMS afecta a unos 135 millones de mujeres y niñas en todo el mundo. Según UNICEF, la ablación femenina es una práctica frecuente en 25 países africanos, algunos de Oriente Medio y Asia. En yibuti y Somalia afecta a un 98% de las mujeres. En Sudán la sufren entre el 80% y el 95%.En Etiopía, Eritrea, Sudán o Sierra Leona al 90%. En Mali o Burkina Faso, a más del 70%. En Egipto las cifras oficiales hablan del 50%, pero en el campo pueden llegar al 90%.En España tampoco están salvo las niñas emigrantes. Ahora que está tan debatido en los medios de comunicación el fenómeno universal de los y las inmigrantes, en el que existe tanta disparidad de opiniones -dependiendo del cristal con que se mire-, no deberíamos olvidar que se han detectado muchos casos de niñas que han sido obligadas a irse con la excusa de ir de vacaciones con su familia a sus países de nacimiento para ser sometidas a este delito que, gracias al Gobierno español cada día que pasa está más controlado, desde que se aprobara la Ley Orgánica 3/2005, de Modificación de la Ley Orgánica 6/1985 de 1 de julio, para perseguir extraterritorialmente y condenar judicialmente estos rituales practicados por comadronas, abuelas, clínicas clandestinas, como es de perseguido el terrorismo, genocidio, etcétera.Los datos hablan por sí solos, mientras nosotros nos preocupamos por las consecuencias de los migrantes en estos tiempos hostiles como dice Sami Amïr en un avance de multiculturalidad y mestizaje unidos al efecto de la globalización. ¿Qué hacemos con éste colectivo de la sociedad que al igual que los inmigrantes son tratados como materia de segunda y son discriminados? Porque, no me dirán que al leer la opinión no se les habrá pasado por la cabeza los términos “racismo” y “xenofobia”. Ustedes dirán qué hacemos. No es racismo, ni es xenofobia perseguir a negros y blancos que son cómplices y permiten realizar estos actos. Todo lo contrario, es un crimen contra el que hay que luchar al igual que hay seguir combatiendo contra la angustia social y la alarma colectiva de millones de personas que dejan sus vidas en el camino para intentar buscar una solución a su modo de vida. Todas son personas con los mismos derechos humanos y como tales tienen que estar amparados bajo la ley. Las personas inmigrantes y las niñas seguirán ahí, y no cesarán de venir, porque todos y todas somos ciudadanos del mundo.

Saro Hernández González.Gran Canaria - Telde. Licenciada en Dirección de Comercio Internacional y Marketing. Postgrado -Experta Universitaria en Distribución, Logística y Comercio Internacional

Freno a la globalización de los flujos migratorios

RAFAEL BARBERO FERRER

Los flujos migratorios se insertan en el contexto de globalización y contribuyen a la globalización de la oferta de mano de obra; pero ¿existen obstáculos para esa globalización de las migraciones? , ¿por qué se han intensificado las migraciones en estos últimos tiempos?
Existe en nuestros días un enorme un contrasentido: de una parte, una tendencia generalizada a la globalización de los movimientos migratorios y, de otra, una actitud insolidaria cada día más difundida en los países receptores junto a barreras comerciales que levantan los países prósperos, que impiden colaborar con el desarrollo económico de los países subdesarrollados.
Para alcanzar una efectiva globalización debemos romper esas barreras que separan unos países de otros: comerciar con países de todo el mundo, acabar con las leyes contrarias a la inmigración, hacer desaparecer los problemas sociales que sufren las personas de otros países, combatir la xenofobia y el racismo…
Debemos convertirnos en seres solidarios y aceptar a gente de otros países.
Actualmente los avances tecnológicos- por ejemplo, en los transportes- han hecho posible que los flujos migratorios adquieran una intensidad particular.
Una razón fundamental por la que muchas personas abandonan su país es porque aún se notan las secuelas del neocolonialismo. Muchos se van (“efecto huída”) debido a que el Sur (América del Sur, África…) está empobreciéndose por culpa del Norte (América del Norte, Europa…): porque los responsables de los gobiernos del mundo próspero explotan sus tierras y provocan la salida de mano de obra de los países subdesarrollados.
Los países desarrollados buscan lo mejor para ellos, sin que les importe que otros salgan perjudicados. En el siglo XIX abundan los ejemplos, como el caso de Malí, colonia francesa que producía exclusivamente algodón que se exportaba a Francia para comercializarlo. En un momento determinado bajaron los precios del algodón y la economía en Malí, que vivía únicamente de este bien, cayó en picado.
De todo lo anterior se deduce que la globalización, entendida en este sentido, es una manipulación.
Los movimientos migratorios se ven frenados por los países receptores debido a la política que siguen y a cuestiones sociales que muchas veces condicionan las leyes que rigen en esos países. Y, sin embargo, se produce el denominado “efecto llamada”, ya que, por ejemplo, las televisiones de los países desarrollados, que en la era de la globalización llegan hasta los más recónditos lugares de la tierra, muestran algo parecido a un espejismo para las personas de los países pobres. Por ejemplo, un africano ve por televisión una película ambientada en Hollywood en la cual las personas nadan en riqueza, y piensa que su vida en Europa será igual: pero, cuando llega, encuentra que no es como se lo esperaba, se siente rechazado y maltratado por la sociedad y por las autoridades.
Un ejemplo del efecto llamada es el viejo mito de El Dorado. Existían historias de una ciudad de ese nombre de la que todos hablaban, en la que todo estaba hecho de oro, su población era rica, feliz. Muchos aventureros arriesgaron sus vidas para encontrarla y muchos la perdieron, ya que esa ciudad jamás existió.
Lo que diferencia entre eso y lo que ocurre hoy en día es que los inmigrantes que llegan no lo hacen por placer, se ven obligados a viajar, abandonan a sus familias no por gusto sino por pura necesidad. La desesperación ante la pobreza, las dictaduras, la corrupción, las guerras que nunca terminan les conducen a buscar un futuro lejos, que ellos creen que encontrarán en Europa. Pero ese objetivo de sobrevivir en otro continente choca contra los gobiernos de los países europeos, que no les dejan entrar: y eso es algo que un africano no puede entender. En Italia, el presidente del Gobierno, Berlusconi, ha aprobado un paquete de medidas de “seguridad” que criminaliza la inmigración sin papeles mandando a los indocumentados a la cárcel, y ha afirmado que "una Italia más segura, más tranquila y más serena que cuente con una homogeneidad cultural como base de su acción política será una Italia más fuerte, más creíble y más convincente hacia Europa".
En España, el presidente del Gobierno no comparte la idea de que en España exista una ley de esas características y ha expresado a Italia su rechazo de la criminalización de la inmigración ilegal . “La inmigración no ha de controlarse con leyes más duras, ya que esta respuesta es simplemente una terapia tranquilizadora en un momento coyuntural”.
La Unión Europea ha mostrado su rechazo a las medidas tomadas por Berlusconi, ya que una de las consecuencias de que Italia convierta en delito la inmigración ilegal es que pueda desviar los flujos migratorios a los países vecinos. El ministro italiano de Política Comunitaria, Andrea Ronchi, expresó: "quien no comparta la cultura, religión y reglas de convivencia de Italia no puede estar, sobre todo aquellos que delincan", con lo que enunciaba un programa asimilacionista.
A la mayoría de las personas les gusta la idea de globalización, pero no están dispuestas a compartir sus bienes con las personas de los países subdesarrollados, por lo que existe una cierta insolidaridad en la sociedad en la que vivimos. Las personas que van a los países desarrollados lo hacen por necesidad y buscando una oportunidad para trabajar y sobrevivir. Pero lo único que encuentran es decepción, ya que en estos países receptores existe una política que restringe la entrada de inmigrantes a su país. Los que consiguen quedarse tropiezan con el rechazo social atizado a veces por las leyes de los países receptores. Este rechazo por parte de la sociedad desemboca en racismo y xenofobia.
Cuando en un país conviven personas de diversas culturas, la sociedad puede estructurarse de varios modos: multiculturalismo, integración o asimilacionismo. El multiculturalismo consiste en formar una especie de gueto: lugares exclusivamente para gente de la misma cultura, sin mezclarse unos con otros (un ejemplo en Nueva York sería Chinatown). La integración consiste en compartir las distintas culturas, pero siempre respetándolas: por ejemplo, un chino invita a un español a celebrar el año chino. Es decir, el que se incorporara a un país conserva su identidad. El asimilacionismo consiste en la intención, por parte de la sociedad, de que un inmigrante pierda sus señas de identificación, es decir, que renuncie a sus raíces y que se disfrace de autóctono.
Explicaré claramente la integración y el asimilacionismo con un ejemplo. Un potaje representa la integración: puedes saborear ingredientes por separado y conocer el sabor de todos. El asimilacionismo equivale a la conversión de ese potaje en puré: saboreas todo a la vez, pues cada ingrediente pierde su identidad.
Todo lo dicho hasta aquí contradice la globalización, ya que la sociedad tiende a rechazar a inmigrantes y a aislarlos. La globalización también se ve interrumpida por las barreras que levantan los países prósperos y limitan, por ejemplo, el comercio entre los países. En Europa esas barreras no existen, cualquier europeo, sea de la nacionalidad que sea, puede entrar en cualquier país de la Unión Europea sin necesidad de papeleos, sólo con su identificación personal y en el comercio no existen problemas ya que no hay aduana, pero a los africanos no les sale rentable hacer negocios con Europa porque las aduanas les impiden beneficiarse en los intercambios comerciales. Para lograr una globalización es necesario romper esas barreras y comerciar con ellos: y eso favorecería la economía. “Los países desarrollados deben bajar las barreras comerciales a los productos agrícolas y a las exportaciones de productos manufacturados si el continente quiere lograr desarrollo sostenible”, dijo el presidente de Botswana, Fedus Moge.
En definitiva, la globalización es un movimiento que quiere ser universal, pero se contradice levantando barreras que estorban el comercio y las migraciones. En mi opinión, la globalización está organizada en bloques (Europa, América, China, India…) y cada bloque mira con recelo a los demás, queriendo ser mejor que el otro, sin llegar nunca a una globalización total. Para conseguir esa globalización total debemos romper las barreras que limitan esos bloques, permitir la entrada de inmigrantes, comerciar con países como los africanos sin imponerles aduanas tan restrictivas, cambiar las leyes que obstruyen la entrada de personas de todo el mundo en todos los países, combatir el rechazo social fomentando la integración de las demás culturas y remitiendo al pasado el racismo y la xenofobia.
Para que la globalización sea justa debe perseguir una mayor igualdad de derechos: derecho a un salario digno, a la alimentación, educación, seguridad, etcétera: pero, sobre todo, el derecho más importante, que es el derecho a la vida de quienes necesitan trasladarse a otro país para no morir. Estamos ante un derecho humano que está por encima de los países. Y, sin embargo, a la hora de la verdad, para tener derecho a la vida es necesario reunir determinados requisitos: como por ejemplo, un permiso de residencia, un permiso de trabajo…
En el siglo XIX muchísimos italianos emigraron a América, y algunos de ellos organizaron mafias que mataron a muchas personas. Actualmente Italia recibe inmigración y su presidente de Gobierno decide encarcelar a los inmigrantes sin papeles. Esto, además de no ser una solución, es algo desde mi punto de vista egoísta, injusto y racista. Berlusconi afirma que lo hace para reducir el índice de robos, violaciones, asesinatos, etc., pero que los inmigrantes cometan más asesinatos, por ejemplo, que los ciudadanos del propio país es una hipótesis que no ha sido demostrada aún. En sentido contrario puede citarse la agresión de un español que arremetió por xenofobia contra una inmigrante en un tren de Barcelona. Esto demuestra que la violencia no es innata al inmigrante y que los nacionales también la cometen. Yo creo que los indocumentados no arriesgan sus vidas o abandonan a su familia para ir a robar a los países ricos sino que procurarán no meterse en líos, intentarán trabajar duro y pasar desapercibidos. También es cierto que algunos cometen delitos graves, pero son pocos comparados con el total de los que acuden a los países prósperos.
Así que, si los países receptores toman medidas similares a las leyes inmorales tomadas por Italia, la idea de globalización no avanzará, debido a esos obstáculos que frenan los movimientos migratorios.
Yo creo que vivimos en un mundo en el que aún no estamos preparados para globalizarnos, porque nuestras sociedades son demasiado racistas y los derechos humanos no son iguales para todos ni si quiera dentro del país (diferencia entre hombres y mujeres): y estos derechos humanos son esenciales si queremos conseguir la globalización

Los jovenes y la inmigracion

Esta nueva sección se concibe como un espacio para jóvenes, que sirva de vía de expresión y de cauce para las sugerencias que quieran presentar. Iremos recogiendo ensayos, propuestas, comentarios, críticas… Un objetivo complementario es propiciar el hermanamiento epistolar a través de la conexión por medio de Internet con chicos de la misma edad residentes en países extranjeros.Las personas que deseen enviar textos, aportar sugerencias o establecer intercambio epistolar con muchachos de otros países pueden servirse de la dirección electrónica de contacto de la web o del e-mail del Centro Europeo de Estudios sobre Flujos Migratorios: cemigras@gmail.com.Abrimos la sección con un breve ensayo de Rafael Barbero Ferrer, de 2º de Bachillerato del Colegio Heidelberg de Las Palmas de Gran Canaria.