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Manuela Gato.
El presidente de Gobierno de España que llegó al poder con el “no a la guerra” como bandera y que autolimitó su capacidad de enviar tropas al extranjero es el que ha desplegado más tropas y el que ha acometido más operaciones militares en el exterior.
Difícilmente se compatibiliza ese ansia infinita de paz con los fabulosos ingresos que proporciona a España la venta de armamentos.
Claro, a todos nos tranquiliza que el dinero procedente de esos negocios no muy presentables sirve con toda certeza para financiar una Alianza de Civilizaciones que cada día gana más adeptos y que se ha revelado como la piedra filosofal capaz por sí misma de extender la concordia y de restablecer el entendimiento en un mundo que hasta el advenimiento de este profeta que nos gobierna era un avispero.