lunes, 13 de septiembre de 2010

Manuel. A. Gato. ¡Sapos, fuera!

A veces alivia echar el sapo y desahogar el espíritu divulgando a los cuatro vientos verdades como puños. En verdad, esos estados de ánimo no son la ocasión más propicia para la propuesta sesuda de soluciones que busquen enmendar un panorama que cada día se oscurece más: porque, al contemplar la realidad española desde Canarias, la perspectiva se agranda y el pesimismo se ahonda. Pero resulta liberador soltar lastre y escupir por el colmillo sobre el modelo de sociedad que nos ha sido impuesto.

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