El holandés De Jong ha dejado claro que lo suyo es el rugby, más que el fútbol. Y así le va: en este mismo blog ha quedado un recuerdito de la criatura.
Siguiendo sus pasos, el hijo de la madre tierra ha sacudido un sabroso rodillazo a un oponente deportivo (que también político: Dios nos asista).
El hijo de la madre tierra revela un poquito de mala leche y no excesivo fair play. ¿O también esto hay que elogiarlo por la hondura del arraigo del inefable Evo en la madre tierra?