jueves, 4 de noviembre de 2010

Enrique Serbeto. Viaje al corazón de la Rumanía gitana


(Los domingos de ABC, 17 de octubre de 2010)

Al doblar la esquina, encima de un solar devastado, alguien escribió una grosera pintada: «Los rumanos, que me la...» El barrio de Ferentari es, como reconoce el secretario de Estado de Asuntos sociales, Valentín Mocanu, «ejemplo de lo que no debería haberse hecho jamás». Un gueto de hormigón como un laberinto de edificios de apartamentos en el que la dictadura comunista obligó a asentarse a los gitanos que vagaban por la capital. Ahora es el lugar más peligroso e insalubre de Bucarest. Cuando el taxista consulta a un transeúnte por la mejor manera de acercarse, éste le responde con un gesto de extrañeza, preguntándose para qué querría un extranjero ir a Ferentari si no es para comprar droga, y se lo hace saber llevando su dedo al antebrazo como si se estuviera inyectando. «Donde hay gitanos hay problemas», concluye.

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