jueves, 18 de noviembre de 2010

Inmigrantes en tres generaciones


(Intervíu, 8 de octubre de 2010)

Mohamed Benali llegó a España cuando ni existían las leyes de extranjería. Corría el año 1969 y el hombre, marroquí, traía un único objetivo: mejorar el nivel social y económico de su familia. Hoy, ya jubilado, siente que lo consiguió. En Cataluña se han establecido sus hijos. Casi ninguno de ellos piensa en volver a su país de origen.

En apenas una década, el número de inmigrantes se ha doblado por cinco en nuestro país. Con 3,3 millones de extracomunitarios, doblamos la media europea. Rumanos, marroquíes y ecuatorianos son los más numerosos. Cuatro familias de inmigrantes de tres generaciones han desgranado para Interviú su historia de emigración a España. El primero fue Mohamed. El último, Gheorghe Vatasescu, rumano, que aterrizó en 1999. Entre ambos, llegaron los abuelos Guan Pu Yang, chino, y Luz Nereida Díaz, dominicana. Los cuatro sienten que el viaje, siempre involuntario, ha merecido la pena. Entre sus nietos, quienes ya se sienten españoles y los que no se sienten ni de aquí ni de allá. A unos les ha ido muy bien –como a los comerciantes Yang- y a otros no tanto. Luz tuvo que cerrar su peluquería a causa de la crisis. Y ella resume, como nadie, el sentir de estas familias que han vivido entre la añoranza de su país de origen y la esperanza de una nueva vida. “Emigrar es vivir entre dos mundos”, dice Luz.

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