lunes, 16 de mayo de 2011

Patricia Gardeu. Irlanda, de nuevo tierra de emigrantes

(ABC, 22 de enero de 2011)

Róisín (prefiere no dar su nombre real) es madre soltera, no trabaja, tiene 41 años y dos hijas de uno y tres años, pero la situación económica que vive Irlanda no le preocupa demasiado. «No sé si soy afortunada o fui muy lista», explica. En septiembre de 2009 vio venir el declive económico de su país. Vendió la tienda que regentaba en Dublín, reunió unos ahorros y se trasladó a Kinsale para ser madre a tiempo completo. «Vendí en el momento oportuno: se movía mucho dinero, la gente no se esperaba lo que se le venía encima», explica.

Róisín tiene claros los motivos de esta crisis: «Codicia, estupidez y demasiados años del mismo gobierno (el partido Fianna Fail, de centro derecha)». Un gobierno que ha anunciado bajadas salariales de los funcionarios y subidas de impuestos a partir de enero. Tony Lane, director en Kinsale del Welfare Office (equivalente al INEM) alega, sin embargo, que el gobierno da ayudas semanales a los desempleados de 196 euros para el padre, 135 euros para la madre, y 26 euros por hijo. «Son las mejores ayudas de toda Europa», subraya. Aunque Róisín está convencida de que todo «lo que sube, baja», ni aun así confía en su país. Hace un mes sacó todos sus ahorros de la banca irlandesa y los ingresó en la británica. El gobierno asegura que el temor a que los bancos se declaren insolventes es infundado. Pero los irlandeses no se fían.

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