(ABC, 25 de junio de 2011)
Para algunos, la Unión Europea ha roto el tabú de la defensa de la libre circulación de personas en todo el territorio comunitario; para otros, al contrario, ha logrado que este principio prevalezca en un ambiente pesaroso de varios gobiernos influidos por partidos populistas ante los temores de que la primavera árabe pudiera provocar una avalancha migratoria. Los jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Bruselas han vestido su propuesta con una extensa dosis de salvaguardas, pero lo cierto es que han encargado a la Comisión Europea que prepare un nuevo reglamente de aplicación del Tratado de Schengen que permita volver a instaurar los controles fronterizos «excepcionalmente».
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