-Alerta usted a menudo sobre los efectos perniciosos de una «sexualización» precoz.
-¡Es que es una auténtica barbaridad! Han hecho mucho daño esas campañas de las administraciones que alientan las relaciones sexuales tempranas. Vivimos en la contradicción. El Código Penal establece que la edad mínima para mantener relaciones consentidas son los trece años, y, sin embargo, con esa edad no puedes darte de alta en Tuenti. Una cría de doce puede acceder a la pastilla del día después, pero no ser testigo en un juicio. Hay mucho que arreglar.
-No se ven muchas campañas contra esas brechas legales.
-Es verdad. Yo elevaría la edad mínima para mantener relaciones a los catorce años, la misma que está establecida para poder contraer matrimonio. Urge redefinir lo que es un menor, porque hemos perdido el norte. Por alentar la precocidad en el entorno del botellón se están produciendo muchos casos de abusos sexuales. Aunque hay cosas que no son nuevas. ¡Ya Platón pidió una ley que prohibiera beber a los menores de dieciocho años!
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