La estampada de dirigentes socialistas ante el más que probable naufragio en las elecciones del 20-N recuerda mucho a la de las gacelas en África, huyendo de la presencia de los leones en la sabana.
La última es Leire Pajín, ministra –por si alguno lo había olvidado- de Sanidad. Su objetivo es hacerse con un cargo en Unicef, la clásica bicoca –existen precedentes- que termina saliéndonos a los españoles por un ojo de la cara.