Trataron de hacernos creer que la igualdad irrenunciable, que había que defender a toda costa, es la que llamaban igualdad de género.
Y silenciaron las desigualdades económicas, infinitamente más escandalosas y tangibles.
Nos dicen ahora que aguantemos, que hay que apretarse el cinturón. Y lo pregonan quienes cobran salarios ubérrimos a quienes perciben estipendios paupérrimos.
Mariano Rajoy, que tanto nos exhorta a la sobriedad, no pasa hambre precisamente. Su sueldo: 51.000 euros anuales como diputado, 149.000 del Partido Popular, y 325.000 como registrador de la propiedad.
Continuará el repaso a los ingresos de nuestros iguales.