lunes, 18 de junio de 2012

Descanso en paz


Hemos llegado al final de nuestro recorrido, y éste es el último texto del blog, porque la trayectoria del Centro Europeo de Estudios sobre Flujos Migratorios ha terminado.
La experiencia ha valido la pena; y el bagaje resulta muy positivo. Pero han sido muchos los desengaños, que se añaden a las decepciones personales de quien redacta estas líneas, consciente de que en todas partes cuecen habas y de que la sociedad en que vivimos –en México, Colombia, España, Polonia, por citar cuatro experiencias directas- está herida de gravedad.
Sucio el mundo de la política, lo es también el de los medios de comunicación, y el académico y el empresarial y el de la banca y el del deporte y el artístico, como también el literario, el de las ONGs, el médico, el sindical... Las excepciones, muy honrosas, son cada vez menos en unos ambientes donde los gremialismos y enchufismos campan a sus anchas.
Ante este sombrío panorama, que consideramos irreversible en el medio plazo, preferimos recogernos en el silencio y la reflexión para ponderar nuevas vías para la acción intelectual y social.
Desde aquí decimos adiós a quienes nos han acompañado en esta aventura, y agradecemos su colaboración a las personas generosas que se implicaron en nuestro proyecto de modo desinteresado. Muy en particular pensamos en el pequeño núcleo de socios del Centro que, con abnegación, apoyaron nuestro trabajo sin desanimarse por las dificultades crecientes. Los delegados del Centro en otros países y comunidades autónomas y los responsables de nuestra web, del área jurídica y del foro “Los jóvenes y la inmigración” merecen una especialísima mención, por su empeño ilusionado y por su dedicación constante.
Nos cabe la satisfacción de que uno de nuestros proyectos más queridos –el Banco del Tiempo- ha cobrado la necesaria autonomía, tanto en Gran Canaria como en Tenerife, como para caminar por sus propios medios, mediante la articulación de las correspondientes Asociaciones.
Siempre en espera de una tabla de salvación, dejamos aquí constancia de nuestra dirección de correo electrónico (cemigras@gmail.com), en espera de un mecenazgo desinteresado y sin fines partidistas, que permitiera la resurrección del proyecto.