martes, 20 de julio de 2010

Gabriel Albiac. Bestias veladas

(ABC, 28 de junio de 2010)

No es ornamento. Ni perversión estética. El velo es revestidura litúrgica de la mujer musulmana. Y nada sabe la liturgia de coqueterías. No es estética su función, sino teológica. Toda liturgia sella en el ceremonial externo una codificada sumisión a lo sagrado, a lo cual rinde obediencia. El velo —en las diversas variedades locales, que van desde el hiyab al burka—, para la mujer islámica, es tan poco accesorio cuanto pueda serlo el agua bautismal o la circuncisión en otras religiones. La gravedad del conflicto que las mujeres veladas plantean a una sociedad de la universal ciudadanía libre no está en los riesgos policiales de circular bajo máscara. Lo primordial es otra cosa: ¿qué relación con lo sagrado sella la obligación de aparecer velada que recae sobre la mujer islámica?

Descargar texto completo