martes, 20 de julio de 2010

Juan Manuel Prada. La crisis y los hijos

(ABC, 28 de junio de 2010)

EL sistema esclavista se fundó sobre la destrucción de la familia. Basta que estudiemos someramente las leyes romanas para que salte la evidencia: esclavo era quien no tenía derecho a formar una familia, quien podía ser separado sin titubeos de sus hijos y condenado a satisfacer sus instintos en la promiscuidad más turbia y bestial.

Aquel sistema entró en crisis cuando los esclavos, por influjo del cristianismo, empezaron a preservar su dignidad, cuando se resistieron a ser separados de sus hijos y de las mujeres que los habían concebido. Y, al fundar una familia, aquellos esclavos se sintieron «enraizados» en algo; y, como siempre ocurre que los hombres se «enraízan», anhelan una tierra que los nutra y haga más firme su vínculo: así nació, como corolario natural de la familia, la noción del reparto o distribución de la propiedad.

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