Cuando aún resuenan los ecos informativos tras la aprobación en Coín de la innovadora ordenanza que prohíbe el uso del burka y el niqab en espacios públicos municipales, se ha podido saber que una de las mujeres residentes en el municipio que viste una de esta prendas fue obligada por su marido a dormir durante varias semanas en el suelo al saber que estaba asistiendo a un curso de integración que era impartido por un hombre.