El «muy importante» recorte presupuestario en investigación anunciado por la ministra Cristina Garmendia no ha pasado inadvertido para casi nadie, y menos para la comunidad científica. Aunque la titular de Ciencia e Innovación precisó que la partida destinada a su departamento con cargo a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2011 estará «cercana a la congelación», el mensaje de fondo y la experiencia del presente año —los Organismos Públicos de Investigación cuentan con un 34 por ciento menos de fondos y las subvenciones han caído un 15 por ciento— hacen temerse lo peor.