lunes, 25 de octubre de 2010

Editorial de ABC. Aborto y mentiras


(ABC, 7 de octubre de 2010)

Poner en duda evidencias científicas respaldadas además por el sentido común nunca debería ser un argumento político con el que defender una ley. Menos aún la del aborto. La respuesta parlamentaria en la que el Gobierno sostiene que «abortar no supone acabar con una vida humana» porque el de vida humana es «un concepto complejo basado en ideas o creencias» sólo merece el desprecio intelectual hacia quien la rubrica. Una tesis tan peregrina y sectaria, tan ajena a bases elementales de la genética o la biología molecular, se basa en una mentira. Un ser concebido y aún no nacido no es un tratado de moral o de filosofía. Es una vida humana, invente el Gobierno lo que invente.

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