martes, 21 de diciembre de 2010

Emili J. Blasco. Enrique VIII le daba al fútbol

No hay rey inglés que atraiga tanto a los británicos como Enrique VIII, no por lo frívolo de sus amoríos como por haberles hecho distintos, pues con él comienza gran parte del hecho diferencial de los ingleses. Así que desde que se ha sabido documentalmente que el monarca jugaba al fútbol (al tenis ya se sabía que le daba), aún resulta más padre de la patria.

A pesar de su enorme peso y escasa condición física, propiedades no muy idóneas para el fútbol, Enrique VIII encargó en 1526 unas botas para practicar ese deporte, con lo que es el primer miembro de la realeza del que se tiene constancia que diera patadas al balón, a algo que luego se ha llamado deporte-rey.

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