martes, 21 de diciembre de 2010

Manuel Ferrer. Mirada retrospectiva a la Expo de las vanidades


A fines de octubre cerró sus puertas el gran circo de Shangai, tapadera de un régimen que de modo desvergonzado desconoce el más elemental respeto a los derechos humanos.

Sabe el Gobierno chino que las economías de Occidente no pueden darle la espalda, y por eso actúa con impunidad, hasta el punto de retener en la cárcel a todo un Nobel de la Paz, Liu Xiaobo, condenado a once años de cárcel por el Gobierno de Pekín y encarcelado desde 2008 por escribir un manifiesto en el que pedía reformas democráticas: 'La Carta 08'.

¿Pueden el euro y los yuanes y la miseria de los políticos hacer olvidar la matanza de Tiananmen de 1989?

Desde aquí expresamos nuestra admiración por aquellos valientes universitarios e invitamos a no ceder en la defensa de las libertades. No vendamos nuestra dignidad por un plato de lentejas.