(ABC, 21 de enero de 2011) Trece días le ha durado en plantilla el escolta Justin Giddens al Power Electronic. Y la comida basura, el deplorable estado de forma del norteamericano y la ostentación de su dieta grasienta a través de Twitter son la causa de que el jugador, que llegó a Valencia el 7 de enero, haya sido despedido sin haberse enfundado ni una sola vez la camiseta del equipo de Stevislav Pesic. La «fast food» ha engullido a Giddens para sorpresa del club valenciano, que ya está buscando un jugador exterior. Los graves problemas físicos de Giddens, que llegó procedente del Prokom polaco recomendado por el sobrino del propio Pesic, llevaron a una preocupación mayúscula a los médicos y técnicos del equipo naranja el 9 de enero. La revisión médica y las pruebas de esfuerzo dejaron en evidencia el paupérrimo estado de forma del escolta. Su sobrepeso era de cuatro kilos, pero el índice de masa corporal era el mayor de toda la plantilla.
