La actual revolución árabe no tiene nada que ver con el islamismo. Es una revuelta de jóvenes humillados que buscan recuperar el orgullo perdido de los árabes. Pero si fracasa; si degenera en caos o vacío de poder; si una nueva generación de sátrapas más o menos uniformados sustituye a la anterior, que no nos quepa duda: el islamismo se extenderá desde Marruecos a Afganistán.
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