(ABC, 27 de diciembre de 2010)
El imán de la principal mezquita de Lérida, Ibn Hazm, se ha convertido en un foco de desestabilización, también para los miembros de la comunidad musulmana, a los que considera como súbditos de su «califato». Un «micro califato» implantado en una sociedad democrática y que ahora pretende extender a otras ciudades de España, mediante la exportación de su «policía religiosa» y la imposición de la Ley Islámica en su interpretación más fanática.
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