(ABC, 5 de agosto de 2011)
En neumática a motor, barca hinchable, con flotadores, manguitos o colchoneta. Da igual. El objetivo para los centenares de subsaharianos que aguardan en los bosques marroquíes estos días de verano es el mismo: traspasar la frontera con Ceuta y Melilla, la linde más desigual del mundo en cuanto a renta per cápita, con la salvedad de Arabia Saudí-Yemen. «Sigue siendo el sueño, como sea. No sé si hay crisis», cuenta a ABC Basil Udi, un indocumentado de Gambia que ya consiguió entrar en España.