(XL Semanal, 4 al 10 de diciembre de 2011)
Este país invierte 200.000 euros en educar a cada finlandés desde primaria hasta la universidad. Y se le inculca al alumno que no malgaste el dinero del contribuyente.
En los años noventa, Finlandia era una sociedad agrícola, inmersa en una dura recesión y con un paro muy alto. Los finlandeses decidieron cambiar su sistema educativo. «Los suecos aspiran a ser los mejores del mundo, nosotros nos conformamos con ganarle a Suecia», bromeó un ministro. Hubo consenso político, pero faltaba dinero. El colapso de la URSS permitió trasladar fondos de Defensa a los colegios. En diez años, Finlandia pasó a liderar las estadísticas de riqueza. Nokia es el paradigma. Un pueblo donde se hacían botas ahora es líder en telecomunicaciones.