miércoles, 28 de marzo de 2012

Manuel Ferrer Muñoz. Y Bautista quería más

El exdirector de la Sociedad General de Autores Españoles, no satisfecho con haber trincado una pensión vitalicia de 23.000 euros al mes, ha pretendido embolsarse además 1.800.000 euros, por supuesto despido improcedente.

La noticia no es que el tribunal haya desestimado su demanda.

Lo que debiera causarnos asombro es la hondura de la codicia humana, incapaz de frenar su afán de riqueza en un mundo donde millones de personas viven sumidas en la angustia y la incertidumbre ante el día de mañana.

Y lo inquietante es pensar la respuesta a esta pregunta: ¿cuántos conciudadanos nuestros se comportarían de esa manera desvergonzada, si se les brindara la ocasión?

Por eso hace falta un rearme moral de una sociedad hundida en el egoísmo más infame, que tocó fondo el día en que llamaron interrupción del embarazo al aborto.