(ABC, 20 de marzo de 2012)
Era
un viaje «voluntario», todo lo voluntario que pueda ser encomendarse a una
mafia para huir de la pobreza, y costaba 10.000 euros por cabeza. Por este precio,
ciudadanos originarios de Nepal, India y Pakistán salían desde el Reino Unido,
cruzaban el Canal de la Mancha ocultos en contenedores de fruta embarcados en
«ferries» y, al llegar a Francia, de nuevo escondidos en cajas de camiones y
luego en furgonetas, se dirigían por carretera a nuestro país. Aquí intentaban
regularizarse mediante matrimonios ficticios, empadronamientos fraudulentos y
contratos laborales falsos.