Un disco doble, que el cantante ha presentado recientemente en Madrid, y por el que la nueva discográfica (Universal) ha apostado fuerte. El primero, «Tradición», se consagra «a la música vernácula de mi país, que me apasiona. Con ella he crecido y en casa he tenido el gran ejemplo de mi padre, uno de los grandes ídolos de las rancheras en México», afirma Alejandro Fernández. El segundo, «Evolución», está dedicado al pop, «que me ha abierto nuevas puertas», explica.
Sus seguidores a ambos lados del Atlántico están respondiendo a esa dualidad artística. Disco de oro y de platino a pesar de haber despertado la polémica. El tema «Unas nalgadas» se ha interpretado como un aliento a la violencia de género. El artista le quita hierro al asunto: «sin querer molestar, me parece un poco ridículo todo ese rollo. La música mexicana siempre ha tenido ese humor negro y esa picardía. No fue mi intención ofender a ninguna mujer».
Pop y rancheras, tradición y evolución. Las dos caras de la misma moneda. Alejandro Fernández se mueve con soltura por la cara y la cruz para lanzar un mismo mensaje al público: el amor, omnipresente en sus canciones: «Es muy importante para mí. Es la energía más potente que existe». Con él ha puesto en marcha los motores, dispuesto a conquistar el mercado español. «Es mi reto. Siempre me ha llamado mucho la atención este público, pero es ahora cuando estamos trabajando como queríamos y lo hago con mucho cariño».
Texto en fuente original
